¿Vulnerable yo?

¿Vulnerable yo?

margaritaHoy el post lo hace una paciente, M., quien quiere dedicaros unas palabras y un texto que a ella misma le ha venido muy bien para su proceso de terapia.

M. vino a consulta por un motivo y poco a poco ha ido viendo otros aspectos que trabajar en sesión, los cuales le hacían daño sin ser consciente.  Aunque con algo de temor (como nos ha pasado a todos los que en algún momento hemos andado por el camino del autoconocimiento), está dando grandes pasos en descubrirse a sí misma con sus propios ojos… Cada vez toma mayor conciencia de lo difícil que es verse uno mismo sin filtros externos… pero cada vez respira más la satisfacción que produce sentirse auténtica, sin influencias… 🙂

 «Ser vulnerable no es ser débil. Al contrario, sólo una persona firme y madura puede permitirse conocer su propia vulnerabilidad, aceptarla y dejar que se sepa. La persona débil oculta su debilidad, evita los ataques y erige defensa para protegerse y poder huir.

Una armadura pesada siempre esconde un carácter débil.

Durante mis estudios de matemáticas tuve ocasión de observar a profesores de todo tipo. El mejor de todos ellos era un verdadero sabio en la materia, lo sabía todo y lo entendía todo, era genial en sus demostraciones y encantador en sus constantes equivocaciones al hacer los cálculos más sencillos.

Recibía de buena gana cualquier sugerencia. Sabía la asignatura y mucho más que la asignatura, y sabía que sabía, y sabía que nosotros sabíamos que sabía, y eso le permitía mostrar su ignorancia llegado el caso, en vez de tratar de disimular un error con falsos pretextos. Era abiertamente vulnerable, y lo era precisamente porque estaba seguro de sí mismo.

La confesión de vulnerabilidad nos abre a relaciones amistosas con otras personas, ya que ellas son tan vulnerables como nosotros. En la debilidad se esconde la fuerza, y éste es el principio de salvación en todos los órdenes.

Ser vulnerables quiere decir confesar sentimientos, admitir que no somos indiferentes a la alabanza o al desprecio,  a la comodidad o a la molestia, al éxito o al fracaso; quiere decir revelar el mal humor así como el bueno, y saberse y declararse víctimas de la envidia y el enfado y el desánimo y la ansiedad.

Ser vulnerable quiere decir que no siempre nos sentimos felices, no siempre estamos de buen talante, no siempre nos dominamos, no siempre estamos seguros de lo que hacemos y por qué lo hacemos.

Ser vulnerable quiere decir ser humano. «

                                                                                                                                                                                                            «Dinámica de las relaciones humanas».                                                                                                                                                                                                    Carlos G.Vallés