Haz que tu ira sea positiva

Haz que tu ira sea positiva

screenshot.46“Demasiado y demasiado poco arruinan por igual”

La ira es una de las emociones básicas descritas por el Psicólogo Paul Ekman.  Como toda emoción, es una reacción de todo el organismo ante una situación que la desencadena, afectando al cuerpo y al curso de los pensamientos.

 Aunque intentemos no experimentar la ira, ésta posee una utilidad para nuestra supervivencia, pues aparece como reacción PASAJERA a un obstáculo y por tanto, moviliza nuestra energía a fin de ayudarnos a sobreponernos a dicho obstáculo.

 La ira es una emoción como las demás, por tanto, aunque sea desagradable hemos de aceptarla tal cual es, pues nos indica que nuestro equilibrio no está momentáneamente asegurado, que una de nuestras necesidades no está satisfecha, es decir, nos empuja a actuar.

 El problema no es la ira en sí, sino las acciones que ejecutamos cuando la sentimos.  Pues en la mayor parte de los casos nos centramos en los pensamientos erróneos que genera, en lugar de prestar atención a esa necesidad que ha dejado de estar satisfecha.

 Como todas las emociones, la ira tiene un curso: se inicia levemente, va aumentando hasta llegar a su punto máximo y entonces comienza a disminuir hasta desaparecer.

 El inconveniente viene cuando únicamente somos conscientes de esta emoción en el punto máximo, lo cual debido a la influencia de la sociedad suele ser lo habitual.  ¿Por qué? Os estaréis preguntando… Si pensamos en la ira y los comentarios que socialmente se hacen sobre ella (familia, medios, amigos…) la mayor parte de estos comentarios van encaminados a la no exteriorización de la emoción, con la consiguiente represión, de esta manera lo que conseguimos es que las contrariedades y frustraciones se acumulen en uno mismo hasta que sentirse uno desbordado, produciendo así una explosión incontrolada (punto máximo de la emoción) de toda la ira que sin darnos cuenta, hemos ido acumulando.

 Una crisis de ira es siempre señal de que ha habido una retención y acumulación previa.

Aunque más adelante seguiremos profundizando más en esta emoción, para hoy os propongo un ejercicio:

De aquí a una semana intenta identificar las pequeñas contrariedades y frustraciones que sientes en el día a día.  ¿Te resulta complicado? ¿Puedes dar con las distintas situaciones? Una vez localizadas… ¿Qué haces con esas contrariedades?