Enriquece tu vida con las despedidas

Enriquece tu vida con las despedidas

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No se puede recorrer el camino de la felicidad hasta que no sean nuestros propios pies los que marquen nuestra huella, hasta que no seamos nosotros mismos los que decidamos el rumbo, hasta que no seamos nosotros quienes corramos los riesgos de nuestras decisiones, hasta que no sepamos quién somos y quién no somos.

Ser quien uno es, es animarse a recorrer con dolor, pero sin temor, este camino en ocasiones regado de lágrimas, porque además del miedo a la soledad, de las personas que uno pierde, hay situaciones que se transforman, hay vínculos que cambian, hay etapas en la propia vida que quedan atrás, hay momentos que se terminan, y cada uno de ellos representa un pérdida para elaborar.

Si somos capaz de aceptar estas cosas como parte de la vida, aprenderemos a ver que una de nuestras responsabilidades es aprender a enriquecerme en las “despedidas”.

Imagínate que decides que algunos momentos del pasado han sido tan buenos, algunos vínculos tan gratificantes, algunas personas tan importantes que no los quieres perder, y te agarraras como a una soga salvadora de eso que ya no eres.

Todas estas vivencias implican una pérdida, pero gracias a haber perdido algunas cosas hemos ganado algunas otras. GRACIAS también a lo perdido y no sólo a lo ganado somos la persona que somos.

Cuanto mejor puedas saber quién eres, más capaz serás de dejar algo voluntaria y dolorosamente para dar lugar a lo nuevo que deseas.

Hay que vaciarse para poder llenarse:

“Una taza sólo sirve cuando está vacía; no tiene sentido una taza colmada porque ya nada se puede agregar en ella. Para dar deberá aprender a vaciarse”

Tu vida se enriquece cada vez que llenas la taza, pero también se enriquece cada vez que la vacías porque, cuando lo haces, estás abriendo la posibilidad de llenarla de nuevo.

¿Practicamos un poco? Os propongo unas preguntas para pensar en todo lo anterior:

  – Enumera las situaciones que te han transformado, hayan supuesto una pérdida o no

– ¿Qué vínculos han cambiado en tu vida en los últimos años? ¿Cómo lo han hecho?

– ¿Qué etapas de tu vida has dejado atrás? Busca también aquellas etapas de las que  todavía no has podido desprenderte