26 May 6 pasos para ser un matón (y que nada se te resista)
Intenta ponerte en la siguiente situación: llegas a la oficina (o a clase) y lo primero que haces es encontrarte con «el matón» (matón = persona agresiva física o verbalmente ante quien te sientes sin fuerzas ni capacidad de acción). Buscas una alternativa para no cruzarte con él, buscas una vía de escape y entonces ves que el encuentro va a ser inevitable: todo tú te revuelves, sabes que hagas lo que hagas y digas lo que digas, el matón encontrará la manera de hacerte sentir una mierda a su lado… y efectivamente, basta intercambiar unas palabras con él para que sus comentarios se claven como puñaladas.
Seguramente conoces personas que más o menos sutilmente ejercen esta influencia sobre ti. Sin embargo, pocas veces (o ninguna) te has parado a ver en tu entorno quién es el peor matón de todos aquéllos con los que te relacionas. De hecho, si te lo preguntaras ahora, ¿quién dirías que es? ¿Tu compañero de trabajo? ¿tu jefe? ¿tu pareja? ¿tu madre o padre? ¿ese amigo puñetero? mmmmm frío frío… La verdadera respuesta es que el peor matón que puede existir en cualquier momento de tu vida duerme contigo todas las noches: eres tú mismo.
Tú matón tiene forma de voz interior negativa que ataca y juzga continuamente todo aquello que haces y/o piensas, como si mantuvieras un romance tortuoso contigo mismo; además, cuando eres autocrítico (negativamente hablando), el sentimiento resultante y la conducta posterior tendrán la misma forma, serán también negativos, condenándote a tener una baja autoestima.
¿No conoces este matón que habita en ti? Te doy algunas pistas de lo que hace un matón:
- Duda de todas tus capacidades
- Oculta quién eres realmente para complacer a los demás
- Critica todos tus esfuerzos y logros
- Te mantiene en relaciones tóxicas
- Sabotea tu éxito con el miedo
- Te alimenta en exceso con productos dañinos
¿Reconoces alguno de los anteriores puntos? Entonces sí, ERES UN MATÓN