21 Ago Maltrato psicológico
Es increíble cómo la persona sufridora de este maltrato psicológico comienza a entrar en una espiral sin siquiera saber que está entrando en ella.
Muchas veces confundimos amor con dependencia… En la mayor parte de los casos de maltrato psicológico existe una gran dependencia de al menos, una de las partes implicadas.
En el maltrato, la persona que lo sufre no es consciente de los abandonos que experimenta su vida: deja amistades de lado, cambia maneras de pensar, cambios emocionales, no hay asomo de felicidad… Incluso todas las convicciones, todo aquello que antes creía correcto, se tambalea en la incertidumbre, cuestionándose la propia ideología.
En la mayor parte de los casos, la persona sufridora tiende a ser insegura, con una baja autoestima, carácter más próximo a la sumisión, rasgos perfeccionistas… Rasgos que se acentúan con la situación de maltrato.
No hemos de olvidar que todas las relaciones humanas necesitan disponer de límites, espacios protegidos de la persona… Tanto las relaciones de amistad como las de pareja, se forman sobre una base de independencia, dos personas que deciden juntarse y caminar juntos, lo que aumenta la felicidad. Hemos de centrarnos en esta parte «aumenta», pues la auténtica felicidad debe estar ya asentada en la independencia de la persona, con sus gustos, sus hobbies, sus momentos de soledad, sus propias relaciones al margen de la íntima, su carácter… Todos estos aspectos crean un tándem junto con la otra relación.
Ambas partes han de esforzarse en mantener y cuidar al otro, tal y como es en su conjunto, sin intentar cambiar ningún aspecto que la otra persona no quiera cambiar (hablamos en términos de lógica, por supuesto). Es entonces y solamente entonces, cuando las relaciones se construyen sobre una base sólida, llena de comunicación y respeto.
No permitas que NADIE (ni familiares, ni amigos, ni pareja…) intente cambiar algún aspecto de tu vida que tú no quieras cambiar. ¡¡TIENES DERECHO A DECIR NO!!