Si has llegado hasta aquí es porque necesitas ayuda para ti o para alguien que te importa. Antes de bucear más en Reflexiones de una Psicóloga, déjame decirte que has dado uno de los pasos más difíciles. Estoy aquí para acompañarte en los siguientes, juntos daremos respuesta a todas esas preguntas que te rondan y trabajaremos diferentes herramientas para que puedas recuperar tu salud.
La primera sesión dura aproximadamente 30 minutos, me cuentas más sobre ti y tu historia, así puedo valorar si soy la persona idónea para ayudarte.
El proceso de terapia supone un trabajo en equipo donde ambos somos igual de importantes. Poco a poco vamos construyendo el puzzle de tu historia, aprendiendo a observarlo desde diferentes perspectivas y valorando nuevas estrategias para cada una de las dificultades.
La constancia, entender lo que te ocurre y el trabajo que hayamos hecho te irán dando estabilidad para poder afrontar diferentes vivencias que antes te parecía imposible poder hacerlo. Esa estabilidad será nuestro indicador para ver qué podemos espaciar nuestros encuentros.
Las últimas sesiones son siempre muy emotivas. Recordamos nuestra primera vez, cómo llegaste a consulta y lo comparamos con tu “ahora”. Hablaremos de algunos momentos duros y otros divertidos (que también los habremos tenido), asentaremos todo lo trabajado y nos diremos “hasta luego”. Mi puerta seguirá abierta siempre que necesites.
La primera sesión dura aproximadamente 30 minutos, me cuentas más sobre ti y tu historia, así puedo valorar si soy la persona idónea para ayudarte.
El proceso de terapia supone un trabajo en equipo donde ambos somos igual de importantes. Poco a poco vamos construyendo el puzzle de tu historia, aprendiendo a observarlo desde diferentes perspectivas y valorando nuevas estrategias para cada una de las dificultades.
La constancia, entender lo que te ocurre y el trabajo que hayamos hecho te irán dando estabilidad para poder afrontar diferentes vivencias que antes te parecía imposible poder hacerlo. Esa estabilidad será nuestro indicador para ver qué podemos espaciar nuestros encuentros.
Las últimas sesiones son siempre muy emotivas. Recordamos nuestra primera vez, cómo llegaste a consulta y lo comparamos con tu “ahora”. Hablaremos de algunos momentos duros y otros divertidos (que también los habremos tenido), asentaremos todo lo trabajado y nos diremos “hasta luego”. Mi puerta seguirá abierta siempre que necesites.
Puedes realizar la terapia tanto de manera presencial como online. A efectos prácticos y de eficacia de la misma, no existen diferencias entre hacerlo de una u otra manera. Es una cuestión de preferencias personales. Así que escoge la forma con la que te sientas más cómodo/a.
Sí. Se han realizado numerosas investigaciones al respecto y los resultando son concluyentes: la terapia online es igual de eficaz que la terapia presencial. Es fundamental, eso sí, que realices las sesiones en un espacio seguro para ti y tranquilo y, que dispongas de una buena conexión a internet.
En Rivas Vaciamadrid. Junto a la estación de metro Rivas Futura. Allí tengo mi centro, CENIT Psicología, un espacio que cuenta con más de 10 psicólogas especializadas.
Las sesiones suelen ser semanales o quincenales. Depende de tu historia, la disponibilidad de agenda y, siendo franca, las posibilidades económicas. Lo más habitual es comenzar con una sesión semanal, la cual se va espaciando una vez se van asentando los cambios.
Ojalá pudiera darte una respuesta objetiva; sin embargo, cada persona tiene una historia completamente diferente, con unas condiciones y hábitos también diferentes. La duración de la terapia depende de muchos factores, pero habitualmente va desde los pocos meses hasta el año.
La mente tiene muchas resistencias cuando comenzamos a trabajar y a indagar en ella. Los psicólogos disponemos de diferentes estrategias para poder localizar cuándo hay un bloqueo y cómo podemos solventarlo para llegar a un punto determinado y necesario.
Entender nuestra historia, el porqué de determinados comportamientos y/o sentimientos, tomar conciencia de qué es nuestra responsabilidad y qué no, nos puede ayudar a trabajar y a buscar otras alternativas que no supongan un daño para nuestra salud. De esta manera, aunque nos encontremos ante rasgos y/o situaciones que no podamos cambiar, aprenderemos a gestionar nuestra manera de reaccionar de una forma que no repercuta negativamente en nuestra salud mental ni física.