Tipos de ansiedad

Tipos de ansiedad

Ansiedad-y-EstrésLa ansiedad no es una enfermedad con un cuadro sintomático único.

Existen varios tipos de ansiedad, varias vertientes de esta enfermedad que deben ser conocidas si queremos saber cómo debemos tratar nuestro problema. El TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizado) suele ser el más común, pero no el único. Los trastornos obsesivos-compul-sivos, las crisis de angustia, las fobias o los trastornos pos-traumáticos son sólo algunos de estos desordenes que pueden afectar la vida del individuo y que pueden interferir en su quehacer diario. Por esta razón:

  • Trastorno de Ansiedad Gene-ralizada: Normalmente cual-quier persona puede sentirse puntualmente preocupada por algún problema en concreto que surge en su vida laboral o en el plano personal. Es normal preocuparse si surgen problemas en el ámbito económico o familiar, si tenemos un problema con nuestra salud que nos mantiene en vilo, pero el Trastorno de Ansiedad Generalizada suele infundir una preocupación casi constante en el individuo que, en la mayoría de casos suele ser infundada o excesiva.

Muchas personas la sufren después de un acontecimiento importante en su vida laboral o quehacer diario (después de una cita a ciegas, tras una presentación), y también es habitual encontrarla en individuos que han experimentado una pérdida traumática. Pero lo más habitual es que la ansiedad la experimenten personas que esperan o preven una catástrofe o un peligro próximo, normalmente anticipando desastrosas consecuencia en su salud, su situación económica o sus relaciones personales. Esto hace que el individuo afectado acabe instalándose en un estado constante de inquietud que interfiere en los mencionados ámbitos de su vida y que debe ser reconocido y tratado adecuadamente.

  • Trastornos obsesivos-com-pulsivos: se caracteriza por pensamientos no deseados y recurrentes. Obsesiones y patrones de conducta que son repetidos constantemente y que finalmente, llevan a la persona a desarrollar un comportamiento compulsivo. Pensamientos, imágenes e ideas que voluntaria  o involuntariamente vuelven una y otra vez a la mente del individuo y pueden llegar a convertirse en un verdadero instrumento de tortura para el mismo. En la mayoría de los casos, suelen basarse en hechos poco o nada fundamentados, relacionados con factores como la posibilidad de ser dañados o infectados por alguna enfermedad, haber transmitido esta misma o causado un daño irreparable. Estos pensamientos se repiten en la mente del individuo y son agigantados hasta el punto que este tiene la creencia o certeza de que son ciertos, pese a que pueden no tener ninguna base en absoluto. Los actos o rituales compulsivos son formas de conductas estereotipadas que se repiten una y otra vez. Para el enfermo tienen la función de prevenir ese hecho improbable que implica un daño. Existe una íntima relación entre los pensamientos obsesivos y la depre-sión. Las personas con trastornos obsesivo-compulsivos tienen a menudo síntomas depresivos y en enfermos que sufren un trastorno depresivo recurrente. Asimismo, a menudo se presentan pensamientos obsesivos durante sus episodios de depresión. En el Trastorno Obsesivo-Compulsivo suelen coexistir los pensamientos obsesivos y los actos compulsivos, con lo cual suele ser conveniente para el profesional que trata este Trastorno diferenciarlos y destacar los que predominan.
  • Crisis de angustia: También conocidas como ataques de pánico. Suelen aparecer inesperadamente. Sin previo aviso, el individuo comienza a sentir un fuerte sentimiento de miedo y angustia creciente que suele venir acompañado de una sensación de mareo y malestar general. Las crisis de angustia pueden provocar  incluso el desvanecimiento y no tienen porque estar particularmente relacionadas con un proceso de crisis de la persona. Esta puede ser perfectamente feliz en todos los planos de su existencia y sufrir, repentinamente, una de estas crisis, aparentemente sin razón alguna. Pueden suceder durante una reunión social, cualquier actividad cotidiana o sin im-portancia y la principal diferencia existente entre estos y la ansiedad en sí misma es la duración y la intensidad: mientras la ansiedad es un proceso acumulativo y crecien-te en el tiempo (aunque menos intenso), las crisis de angustia o ataques de pánico son cortos, repentinos, pero eminentemente intensos y de una gravedad inmediata. No hay una duración determinada, pero por lo general estas crisis pueden tener una duración de entre 10 y 30 minutos. Suelen clasificarse en tres categorías: crisis de angustia repentinas e inesperadas; aquellas que que se desencadenan a raíz de una situación o contexto espe-cíficos (por ejemplo, un lugar público atestado de gente); y aquellas que, se dan en esas mismas situaciones, pero con la diferencia que puede pasar tiempo en el transcurso de una actividad antes de que estas se den (por ejemplo, un orador que lleva 15 minutos hablando ante un auditorio, y empieza a manifestar los síntomas de una crisis). Estos dos últimos tipos de crisis de angustia propician que algunos individuos sean capaces de anticiparse a las mismas, evitando las situaciones concretas o lugares que las provocaron anteriormente.
  • Fobias: Toda persona tiene sus propios pequeños miedos irracionales, desde a ciertos animales a algunas situaciones como subirse a un avión o conducir. Sin embargo, estos miedos pasan a con-vertirse en fobia desde el mismo momento que, inter-fieren en el día a día del sujeto. Una fobia se define generalmente como un miedo irracional compulsivo hacia alguien o algo que se presume completamente inofensivo. De los distintos tipos de trastornos de la ansiedad, la fobia es el más común de todos. En 2006, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que al menos 2,5 millones de españoles padecían algún tipo de fobia.