26 Dic «Lucha por quererte a ti mismo/a» (testimonio)
Hoy os dejo con las palabras de C.J., una paciente que poco a poco se va descubriendo más a ella misma! Tiene momentos de dolor y momentos de alegría, pero sobre todo, sabe que el camino está en quererse ella misma! En aprender a mirarse y reconocerse con sus ojos y no a ojos de los demás… ¡¡BRAVO POR C.J!!
«La angustia y tristeza me invadían muchas veces, aún hoy es así en ocasiones… No entendía cuál era el punto de mi infelicidad, de mi dolor, pero sabía que dentro de mí estaba algo que no encajaba.
Quiero liberarme de ese dolor, de todas las situaciones y personas que son dañinas para mi tranquilidad, para mi bienestar. Es un trabajo duro, poco a poco voy trabando en eso, pero cuánto más profundizo más dolor siento. Quiero salir pronto de este bucle que he ido creando a lo largo de mi vida, intentando agradar siempre y dando más valor a lo externo y a otras personas que a mí misma. Como si los demás se mereciesen más que yo los logros, las recompensas, los halagos… Como si yo, al creer que no necesito nada de eso, pusiera todas mis fuerzas a ayudar a terceros, a hacerles sentir bien, a complacerles, a no enfadarles… con el tiempo, llega un día en el que ves que no eres feliz, estás vacía, ves que sufres, que las acciones de la gente te hacen mucho daño, te hieren, te decepcionan, y piensas, ¿porqué me pasa esto, con «lo buena persona que soy»?
Después de casi 14 meses de terapia me he dado cuenta de que a lo largo de mi vida he puesto expectativas muy altas en las personas que me rodeaban, personas a las que yo quería, esperando que se comportasen conmigo como yo me comportaba con ellos. Poniéndome a mí misma el valor que ellos me daban. Pero infelizmente, la vida no es así, y llega un momento en el que todas tus teorías se esfuman, no tienen valor en el mundo real. La vida es otra cosa, si no te quieres tú misma, si no te das el valor que tienes, si no te mimas, si no te hablas, si no te regalas… no puedes esperar que nadie lo haga por ti.
La teoría es fácil, pero cuando llevas toda tu vida actuando de una forma determinada es un trabajo muy duro el que hay que llevar a cabo para cambiar esos hábitos de desamor hacia uno mismo. Hábitos de los cuales no me daba cuenta, un desamor invisible que yo no podía ver.
Aquí estoy hoy, luchando por mí, a veces me río y otras lloro, a veces veo el camino y otras me siento completamente perdida. Pero el mayor valor de todo es darse cuenta de que hay algo que tienes que cambiar y luchar por hacerlo, luchar por mejorar, no dejar que nadie te ponga valor, luchar por quererte a tí sobre todas las cosas.»